Vivir un Día a la Vez...

En la actualidad la vida resulta muy agobiante, el simple hecho de pensar en todas las actividades que tenemos que realizar durante el  día: La escuela de los niños, el trabajo, la familia, nuestra pareja, los que haceres del hogar, lo que se espera de nosotros, nuestras metas y objetivos a lograr y todo eso que conforma la vida cotidiana, puede convertirse en algo tan abrumador que muchas veces no sabemos ni como comenzar y de pronto, cuando menos nos damos cuenta, nuestro mundo está convertido en un montón de problemas , en el cual parece inútil y necio luchar contra una marea frenética que no se detiene, que no para y siempre trae nuevos problemas más complejos que los anteriores, el panorama se ve tan desolador que existen personas que simplemente se rinden a esos problemas, se quedan a mitad del camino.

Pero cuando tratamos de vivir un día a la vez, cuando nos  enfrentamos a los problemas  uno a uno, cuando resolvemos una cosa a la vez, cambiamos nuestra vida y sus momentos tristes, por  un montón de desafíos superados y pequeñas victorias cotidianas, con sus alegrías y con sus dificultades haciendo que nuestra vida sea maravillosa y todo eso que parecía imposible resolverse, se vuelven lecciones aprendidas para afrontar el futuro que nos espera; al resolver una tarea y luego otra y luego otra, descubrimos que no es tan caótico vivir y que rendirse no es una opción.

Pero para lograr esto lo primero que debemos hacer es centrar nuestra mente en el día de hoy, en el tiempo presente, teniendo  una consciencia clara y equilibrada de tus pensamientos, ideas, proyectos, anhelos y deseos en la realidad actual. Por lo general, cuando nos enfocamos en los momentos de nuestra vida pasada, nos atrapamos en una diversidad de emociones y sentimientos  (negativos o positivos) que nos hacen perder la perspectiva de la actualidad; llenándonos de culpa, amargura, y falta de perdón. Así de la misma forma si nos enfocamos en los eventos que aún no han ocurrido y que no tenemos la certeza de que ocurrirán, desarrollamos sentimientos de incertidumbre, temor, desconfianza, pesimismo y desesperanza. El centrarnos en el tiempo presente nos ayuda a tener una vida emocional más equilibrada, vivir cada uno de nuestros días con mayor intensidad, asumiendo con fortaleza y tenacidad los desafíos e incomodidades propios de la vida y disfrutando de las alegrías y bendiciones propias de cotidianidad.

Vivir un día a la vez significa concentrar nuestras fuerzas, habilidades, metas y objetivos en el tiempo presente, haciendo realidad nuestro  proyecto de vida y realización personal paso a paso, evitando de esta manera la ansiedad que genera aquello de lo que no tenemos control.

El vivir un día a la vez nos permite:

- Experimentar la paz de tener nuestros objetivos claros y centrados en metas concretas en los que se puede avanzar con seguridad cada día.

- Disfrutar de nuestra existencia, asumiendo la vida; propia y la de los demás.

- Planear, programar lo que podemos hacer cada día dentro del tiempo y parámetros reales.

Para lograr vivir un día a la vez es importante, no angustiarnos si no llega el momento de logar nuestros objetivos o de que suceda lo que anhelamos. Esto no significa que nunca pasará, sino que simplemente requiere un poco más de tiempo y dedicación para lograrlo,

Disfrutemos de las cosas que nos ofrece la vida, seguramente es una preparación para lo que está por venir.

Vivamos cada día con lo que trae, pasemos tiempo agradable con las personas que están hoy en nuestra vida y porque no se sabe si mañana estarán. Luchemos por nuestros objetivos y rodéate solo de cosas buenas, apartándote de las malas o las que no te hacen feliz.

En fin Cada día todos los días..... Vivamos un día a la vez